Putin recibe a enviados de Trump para discutir ajustes al plan de paz sobre Ucrania

Putin recibe a enviados de Trump para discutir ajustes al plan de paz sobre Ucrania

El titular del Kremlin, Vladimir Putin, recibió este martes en la capital rusa a los emisarios de la Casa Blanca, Steve Witkoff, encargado de negociar con Rusia, y Jared Kushner, yerno y asesor del presidente estadunidense, Donald Trump, para hablar de la propuesta que trajeron, después de que Estados Unidos y Ucrania, negociaron por separado en Ginebra y en Florida las enmiendas al borrador de plan de paz de Trump, que inicialmente constaba de 28 puntos y que, se dice, se basó en muchas de las demandas rusas.

El Kremlin difundió un escueto comunicado de cinco líneas, informando que había comenzado la reunión entre “el presidente Vladimir Putin y el enviado especial de Estados Unidos, Steve Witkoff”. Mencionó también a los asistentes por la parte rusa, Yuri Ushakov, asesor de política exterior y seguridad del Kremlin, y Kiril Dmitriev, asesor de inversiones extranjeras y cooperación económica, y por la estadunidense, Jared Kushner, presentado como “empresario, inversionista, fundador de la compañía Affinity Partners”.

El encuentro, que duró casi cinco horas, transcurrió a puerta cerrada y los participantes declinaron hacer declaraciones a la prensa. Pasada la una y media de la noche ya de este miércoles, Ushakov calificó de “útiles y productivas” las conversaciones y preció que Rusia y Estados Unidos “no están ni más lejos ni más cerca de un arreglo político”. Dijo que ahora la delegación estadunidense viajará a Washington para informar al presidente de Trump y, luego, remitirán a Moscú sus observaciones. De acuerdo con él, reproducen los medios de comunicación rusos, no hubo ningún progreso en la cuestión de los territorios, “algunas sugerencias estadunidenses nos parecen adecuadas; otras, no”.

Los enviados viajan, todo indica, a alguna ciudad europea

Al término de las conversaciones, Witkoff y Kushner, según informó la agencia RIA Novosti, se dirigieron a la embajada de Estados Unidos en Moscú y, todo indica, que mañana volarán a alguna ciudad europea donde –camino a Washington– podrían reunirse con Volodymir Zelensky, presidente de Ucrania, quien esta noche anticipó que “espera señales” de los estadunidenses sobre su visita a Moscú.

Por lo que trascendió la víspera en Florida respecto a la falta de avances entre Washington y Kiev en temas clave, como la cuestión territorial y las garantías de seguridad que reclama Ucrania, muchos analistas –basándose en lo dicho de modo reiterado por Putin y otros funcionarios rusos– creen que es probable que el mandatario ruso haya insistido, ante Witkoff y Kushner, en reconocer como única plataforma válida para negociar el proyecto inicial de Trump de 28 puntos, con las modificaciones que sugiere Moscú.

Previo a recibir a Witkoff y Kushner, Putin volvió a enfundarse el uniforme verde olivo de comandante en jefe del ejército ruso para visitar el centro de mando unificado de la llamada “operación militar especial” el 30 de noviembre, según informó el Kremlin sobre las 22:30 de anoche (lunes), cuando estaba a punto de despegar el avión que traería a Moscú a los emisarios estadunidenses.

La repentina aparición de Putin, rodeado de sus generales, buscó un doble propósito, en opinión de politólogos que siguen los movimientos del titular del Kremlin. Por un lado, remarcar que Rusia –a pesar de estar de palabra interesada en alcanzar una solución negociada– tiene que preparar a su ejército para enfrentar con todo lo necesario la campaña de invierno en el frente de Ucrania y, por el otro, anunciar el enésimo éxito militar –la toma de Pokrovsk y Kupiansk, que reportó de nuevo el general Valeri Guerasimov, jefe del Estado Mayor, y que las autoridades de Ucrania volvieron a negar– acorde con la tesis de Putin de que si Kiev no acepta las exigencias rusas, tarde o temprano, conseguirá sus metas por la vía militar.

Desde mucho antes de la cumbre de Putin y Trump en Alaska, Moscú pide que, para negociar un arreglo político, Kiev deponga las armas y le entregue el 30 por ciento de Donietsk que no ha podido conquistar, dejando sin aclarar que pasaría con el resto de Jerson y Zaporiyia que también reclama como suyos.

El domingo anterior, en Florida, Rustem Umerov, jefe de los negociadores ucranios, explicó al secretario de Estado, Marco Rubio, que estaba acompañado de Witkoff y Kushner, que Ucrania no puede ceder el resto de Donietsk como quiere el Kremlin por tres razones: no lo permite la Constitución del país; no lo entendería la población; y la situación en los campos de batalla no es catastrófica para Kiev.

Desde Kiev, el presidente de Ucrania, Volodymir Zelensky, opinó que Rusia no logró el objetivo de la campaña que inició en marzo pasado, que era ocupar toda la región de Donietsk, y tras meses de asaltos, consiguió ciertamente acercarse a Pokrovsk, Kupiansk, Volchansk y otras localidades.

Situación cada vez más adversa para Ucrania

La situación ahí, reconocen expertos ucranios, es cada vez más adversa para las tropas ucranias por la inferioridad en número

de efectivos, pero hasta ahora –sostienen– en ninguno de esos sitios Rusia se ha hecho con el control completo y, como sucedió

con Avdiivka o Bakhmut, serán ocupados cuando se replieguen los soldados ucranios que aún los defienden.

Putin, en cambio, está convencido de que Pokrovsk y Kupiansk, como le reportó el 30 de noviembre el general Guerasimov, ya

“fueron liberados por completo” al grado de que retó a los periodistas extranjeros a recorrer las calles de esas localidades para

“ver quién controla ahí la situación” y ofreció “llevarlos y garantizar su seguridad, si fuera necesario”.

Si Europa quiere combatir, «estamos listos»

El presidente ruso hizo estas declaraciones, antes de recibir a Witkoff y Kushner, cuando lo abordaron los reporteros después de

su participación en un foro económico, ocasión que aprovechó para desmentir que Rusia tenga intención de atacar a Europa y

advertir que, si ésta “de repente quiere combatir y lo hace, estamos listos ahora mismo, que nadie lo dude, (…) pero pronto

puede darse una situación en que ya no habrá con quien negociar el fin de hostilidades”, en alusión que recurrirá a su arsenal

nuclear.

Arremetió contra Europa al decir que presenta “exigencias que son absolutamente inadmisibles para Rusia. Ellos (Francia,

Alemania y Gran Bretaña, el Kremlin considera que son los países europeos que más respaldan a Ucrania) lo entienden y así

culpan a Rusia de rechazar ese proceso de paz. Ese es su objetivo, lo vemos con claridad”.

De acuerdo con Putin, “ellos mismos, al suspender toda comunicación con Rusia, se automarginaron del proceso de paz y, al

mismo tiempo, ponen trabas al presidente Trump. No tienen agenda de paz. Están en favor de la guerra”.

Putin también condenó los ataques de Ucrania contra buques mercantes en “la zona económica de un tercer país (en referencia

a Turquía) en el mar Negro, que Kiev reivindicó por ser lo que llamó “petroleros de la flota fantasma rusa”.

El mandatario ruso amenazó con tomar “medidas de respuesta” contra “instalaciones portuarias y barcos de países de Occidente

que atracan ahí” y ayudan a los ucranios a “cometer esos actos de piratería”, aparte de bloquear el acceso de Kiev al mar Negro.

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